martes, 6 de enero de 2015

Fargo




A veces uno se pone en contra de las modas y cada vez que decide ceder porque algo le llama mucho la atención, o por pura curiosidad, siempre guarda una buena dosis de recelo a mano por si acaso. Ahora es el turno de las películas hechas serie. Uno no sabe si entenderlo como el enésimo síntoma de la galopante falta de ideas que padece (o sufre) la industria o si es una buena idea, sin más, y no hay que darle muchas vueltas. Desde que me picó el bicho seriéfilo tengo un problema: confieso que he visto muchas películas como si fueran un capítulo largo de una historia que daba para más. Algunas pedían a gritos seguir explorando la historia de algún personaje (el típico “da para serie”) y no en forma de película con segunda, tercera o cuarta parte, sino en el formato episódico. Como si uno viera a Tony Soprano o a Chris Moltisanti perfilado tal cual en una película de hora y media. Qué desperdicio, ¿no?
 
Debo decir que a mí Fargo me marcó. Llegué a ella de rebote, cuando era un niñato sin criterio (igual que ahora, en realidad) acompañando a mi hermana mayor en un pase nocturno de un día de diario. Salí maravillado de la sala. Lógicamente, me perdí muchas cosas en aquella primera vez, pero desde entonces fueron los únicos directores con los que me molestaba en ver cada película nueva, además de comprobar que desde sus inicios ya tenían bien claro su estilo. Nunca me han fallado y si lo hubieran hecho esta vez, que no es el caso, no sé hasta qué punto se lo hubiera tenido en cuenta. El hecho de que produzcan y no dirijan no significa que no hubiese sido una decepción haber cedido los derechos para una serie que no estuviera a la altura. Está claro que muchos desconfiábamos de que, partiendo de un listón tan alto como es la película de los Coen de 1996, saliera una miniserie tan buena.

Lo primero que valoro es el respeto que Noah Hawley (creador, director y guionista) desprende por sus autores sin caer en el autohomenaje ni en la reverencia facilona, y cuando toca algún guiño lo hace con mucha clase y/o sentido del humor. Así pues, el trabajo más difícil me parecía el de no cabrear a los fans, que somos muchos (también es verdad que si figuran como productores es para controlar que aquello no se tuerza). En segundo lugar, no conformarse con eso y hacer crecer la idea original usándola como base sobre la que añadir más historias. Enriquecerla y no romperla, lo cual me parece de un mérito tremendo. Cuando acabé el Piloto me quedé entre sorprendido y entusiasmado, aunque con muchas dudas sobre cómo serían capaces de no desentonar con aquel capítulo tan completo.

La verdad es que la cosa empezó con buen pie desde el principio. Me gustó el aviso de “basado en hechos reales”, siguiendo con la broma del film (que luego se encargaron de desmentir y más tarde arrepentirse de haberlo hecho); lo segundo que me gustó fue su magnífica banda sonora, fundamental para que sólo con el arranque ya empiecen a hacer que te olvides del escepticismo inicial o del prejuicio de turno. Es un buen ejemplo o una buena metáfora de lo que consigue la serie. Se respetan los instrumentos y parte de la melodía original pero se le da otro toque (jugándomela un poco diría que suenan menos aires celtas que en la compuesta por Carter Burwell). El trabajo de Jeff Ruso cumple su parte con creces tanto en el tema principal como ambientando el resto de la serie. 
 
Otro acierto es concebir la historia para que que quede cerrada en diez capítulos de cerca de una hora. A medida que avanzaba la trama me daba la sensación de que, si se alargaba más, estropearía mucho el resultado final (por entonces, todavía no sabía que la confirmación de la segunda temporada se refería a otra historia con otros personajes). Apuesto a que otros no hubieran utilizado ninguna elipsis y la hubieran estirado innecesariamente algún capítulo más. 

Todos los personajes, a excepción de Billy Bob Thornton, son Fargo hasta la médula. Esa especie de lentitud entrañable, o la sensación de que, aunque pasen cosas raras, todo parece formar parte de algo rutinario. Con un reparto magnífico (Colin Hanks, Bob Odenkirk, Allison Tolman, Adam Goldberg) aunque siempre a la sombra de los dos personajes principales (Martin Freeman como Lester Nygaard y B.B. Thornton como Lorne Malvo), cada uno complementa a su manera esa especie de ambiente desangelado y la apatía que desprenden las ciudades nevadas en las que se desarrolla la trama. El papel de Lester no le tiene nada que envidiar al de Jerry Lundegaard de William H. Macy, la guapísima Molly tenía la batalla perdida contra Frances McDormand de antemano, y aún así sale airosa del embiste. Y luego está Lorne Malvo. El Hombre. Volviendo a lo que comentaba al principio, ¿te imaginas un Lorne Malvo creado para una película de una hora y media o dos horas? Habiendo creado un personaje tan redondo, qué lástima no haberle podido dar el juego que te proporciona tener diez capítulos por delante, ¿no? Billy Bob Thornton hace el papel de zorro dentro de un corral lleno de gallinas cojas y ciegas, y pollitos indefensos. Puede que la metáfora sea una mierda (¡lo es, Isis!), pero creo que se entiende. Ésa es la novedad más importante respecto al oscarizado guion de los hermanos Coen. En la película, la persona más avispada estaba embarazada y jugaba en el bando de los buenos. Aquí, ese mismo personaje conserva el instinto pero siempre hay alguien por encima para impedírselo, incompetencia mediante.


Así pues, chapeau para este Fargo de Noah Hawley. Mención especial para el impresionante capítulo de la tormenta (1x06), sin olvidar su gran Piloto y un Season Finale a la altura. De vez en cuando parece mirar de reojo la filmografía de los Coen a la hora de crear y recrear algunos personajes, manteniendo la parte sangrienta, el humor negro, el ritmo de “parece que aquí no pasa nada, pero pasa”… En definitiva, ha agarrado el listón que tenía, ha hecho un agujero en el hielo con él y nos ha ahogado allí a los más pesimistas. Al final, supongo que seré igual de escéptico y desconfiado cuando salga a la luz la segunda temporada, ambientada en otro lugar y tiempo, porque ahora tendrá dos buenos listones por superar. Y pobre del villano que tenga que sustituir a Mr. Malvo, aunque apuesto a que habrá grandes actores detrás de ése papel. 


Cuándo: 2014
Cuánto: Miniserie de 10 capítulos
Produce: FX Productions / MGM Television