sábado, 7 de febrero de 2015

Redfern Now



Redfern Now es una serie australiana que narra historias cotidianas de un barrio humilde de Sydney llamado Redfern, y cuando digo barrio humilde más bien quiero decir gueto. Da igual si la situación que viven los aborígenes te resulta lejana, al rato de empezar la primera historia es muy fácil que ya estés involucrado como si aquello que se narra fuera algo casi familiar. Siempre bordeando el drama, a veces incluso el dramón, me he sorprendido a mí mismo disfrutándola tanto, con lo poco dado que soy al género, sobre todo en lo que a series se refiere. Lo que sucede aquí es que, una vez que te tiene bien agarrado (dependiendo del nivel de empatía de cada uno), se agradece muchísimo que no se ensañe contigo, aunque es probable que el final no sea muy feliz. No se trata de destripar las historias, sino de saber cuál es el tono de la serie. A ratos me recuerda al cine social inglés, solo que aquí es una situación tan peculiar y/o local (ignorante de mí, no conocía la situación de los nativos australianos) como universal, porque al final los temas no dejan de ser el racismo, el maltrato, la exclusión social, los prejuicios o el lastre que supone tener un pasado turbio, por poner algunos ejemplos. Otras veces lo veo como un pueblo de cualquier lugar del mundo, con su gente entrañable por un lado y la importancia del qué dirán y la estrechez de mente por otro.


Cada capítulo es una historia independiente, autoconclusiva si quieres llamarlo así, aunque al situar la acción en el mismo barrio, hay personajes que aparecen más de una vez con más o menos protagonismo. Hacía mucho que una serie no conseguía que me derrumbara con tanta facilidad, sobre todo los seis primeros que conforman la primera temporada. En tres de ellos caí con todo el equipo y en los demás me emocioné como un niño, con sonrisa de oreja a oreja incluida en alguno de los casos, como el del himno nacional (1x04). Los seis de la segunda mantienen el nivel pero no llegan a conmover de la misma forma, y es curioso porque, como comentaba antes, en algunos episodios repiten personajes de la primera a los que ya has cogido cariño, así que en teoría debería ser más fácil llegarte a la patata, pero no, te dejan buen sabor de boca pero no te estrujan por dentro como al principio.
También es cierto que es muy difícil superar el listón de la primera temporada. Una banda sonora impresionante, con cabecera soul y música de fondo más cercana a la de Friday Night Lights (compuesta por Explosions in the sky) que a la de una serie al uso, aunque dependiendo de la historia se va adaptando de una forma maravillosa. Si la banda sonora no acompaña es muy difícil que yo logre conmoverme tanto, y aquí tampoco hay fallo en ese sentido. Como tampoco hay fisuras en el reparto, con mención especial para los papeles femeninos en general, aunque insisto en que no cojea por ningún lado, pero hay actuaciones sencillamente memorables. Le doy más mérito si tenemos en cuenta que no hay ninguno de ellos que nos pueda sonar, lo cual hace que podamos ser más objetivos si cabe, o con el criterio menos contaminado.

Al margen de algún que otro grupo de rock de esas zonas, mi conocimiento sobre Australia es más bien limitado. A veces esa ignorancia es una baza a favor, o por lo menos me gusta pensarlo así después de ver Redfern Now. No tengo ni idea de cultura australiana. Ni idea de la situación que vive allí la gente aborígen, aunque pueda asociarlo a lo que ocurre en otros países como EEUU o México. Lamentablemente, el poco o nulo respeto que se tiene por los aborígenes de cada país (indios norteamericanos o indígenas mexicanos, por poner dos ejemplos) es universal y no cuesta demasiado entenderlo. Pero una cosa es entenderlo y otra es disfrutarlo de la manera en que esta serie consigue que lo hagas. Para mí, los protagonistas de Redfern son como vecinos de toda la vida de mi barrio. Bueno, de mi barrio no, que me caen prácticamente todos mal, pero sí de un barrio humilde con encanto en el que viví alguna vez.



En definitiva, una gran serie que recomiendo encarecidamente y a la que también ayuda un cambio de aires entre tanta superproducción americana y tanta tiquismiquismiquez (toma palabro) de las series inglesas, siendo fan de ambos estilos también (¡El Séquito es de HBO!). Redfern Now es otra cosa, y además, insisto, te hace empatizar hasta el fondo y luego no se ensaña. Te muestra la tremenda mirada del policía con bigote, el aprendizaje de cada personaje a través de las consecuencias de los actos propios o ajenos o la complejidad de algunos personajes como en el episodio de la pareja gay, pero sobre todos ellos siempre gana la esperanza. De otro modo, al menos yo no habría conseguido verla entera y no estaría aquí acabando de escribir esta entrada.

Cuándo: 2012-2013
Dónde: ABC 1, Australia (Producido por Blackfella Films)
Cuánto: 2 temporadas de 6 capítulos, 55 min.

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